La falta de señalización, de mantenimiento e, incluso, de limpieza, pone en peligro a quien a diario acude al Vadillo
El polígono El Vadillo, conocido en Motril también como el kilómetro 1, pone a diario en ‘jaque’ a los cientos de trabajadores que acuden a su puesto en las decenas de empresas, talleres y almacenes que se sitúan a cada margen de la carretera nacional que lo atraviesa llegando incluso a una tentativa de ‘jaque mate’ por la carencia de mantenimiento, limpieza y señalización de una de las zonas industriales más masificadas de la ciudad.
“A las tres que estamos aquí casi nos han atropellado, de llegar a tocarnos el coche”. Así lo aseguran las trabajadoras de Comercial Rabema preguntadas por Infocostatropical quienes destacan la “mala señalización” como el problema más destacado del polígono con la curva de la gasolinera y el lavadero de coches como la más peligrosa: “No hay reductores ni vadenes y como los coches entren a un poco más de velocidad de la indicada se descontrolan y hay accidentes demasiado a menudo”.
La falta de limpieza es otra de las situaciones que llegan a “desesperar” a los trabajadores del polígono. Las hojas de los árboles caen continuamente y “nadie viene a barrer ni poner ninguna solución”, apuntan desde Rabema, por lo que son los propios empleados los que se encargan de que no entren en sus empresas, algo que resulta “casi imposible” porque “en cuanto has terminado vuelve a estar igual”.
La poda de los árboles sí se realiza, al menos una vez cada dos años, según sus cálculos pero esto también supone un caos ya que “cortan la carretera durante días, en horario comercial y si se quedan a medias no tienen ningún problema en dejarlo a medio hacer hasta el día siguiente”. Se salva, eso sí, la recogida de residuos que se hace diariamente y de manera eficaz.
Desde Bodegas Mar apuntan que la puesta en marcha de la estación de autobuses ha incrementado el número de personas que a diario pasan por el polígono El Vadillo pero la acera que “prometieron” hace años parece que cada vez está más olvidada.
Según el proyecto se iba a hacer una acera en el margen derecho (dirección Almería) pero este se ha convertido en un escalón “cada vez más grande y que se agrava con las lluvias” que se suma a la cantidad de socavones que recorren todo lo largo del polígono y hacen de la conducción o el aparcamiento toda un juego de destreza.
Los pasos de peatones están nada o mal señalizados o las indicaciones están tapadas por los árboles por lo que se llegan a vivir escenas como la ocurrida ante Aceites Bulker donde un hombre fue atropellado por un coche “y aunque no pasó nada grave todo fue un gran susto”.
La iluminación, por otro parte, brilla por su ausencia y una vez se cierran las empresas y apagan sus luces la oscuridad se come un polígono en el que las distancia entre farolas las hace casi inútiles.
Talleres, hoteles, almacenes de frutas, de suministros o de alimentación son unos pocos de los muchos negocios y empresas que ‘viven’ en el polígono. El Vadillo supone, además, el inicio de la carretera nacional que une el municipio motrileño con los anejos de Torrenueva, Carchuna o Calahonda por lo que la circulación de vehículos es constante y cuantiosa.
“Vale que es un polígono pero podía estar un poco más cuidado”, se quejan los trabajadores que llevan años reclamando mejoras para la zona aunque “los responsables políticos sólo se acercan por aquí en época de elecciones”, coinciden. “Esto daría para escribir un libro”.