La sequía y los bajos precios, males endémicos del campo
La Asamblea General de Socios de ASAJA GRANADA celebrada ayer hizo balance del año 2016 dejando constancia de cómo la sequía y las altas temperaturas afectaron nuestras producciones e hicieron mella en la ganadería extensiva, además de incidir en la caída de precios de algunos productos como los cereales, la leche de vaca y de cabra, las frutas y hortalizas, y la almendra. Se revisaron otros asuntos como: la accidentada campaña de presentación de la solicitud de la PAC, la proliferación de los robos en el campo, el relevo generacional, la crisis del sector lácteo, la Ley de la Agricultura, la campaña de aceituna, el veto ruso, o la amenaza de la Xylella Fastidiosa. En la lista de prioridades del presente y del inmediato futuro se destacó la necesidad de adoptar medidas para hacer frente a la sequía, la total eliminación del Impuesto de Sucesiones y la negociación de una PAC de cara a 2020 que dé respuesta a los desequilibrios de la cadena agroalimentaria.
La escasez de lluvia, las altas temperaturas en primavera y algunas heladas a destiempo tuvieron consecuencias nocivas en algunos de nuestros principales cultivos con disminución de la cosecha de cebada, un -3% inferior a la media; de trigo, un -15% inferior a la media; de la almendra, un -15% respecto de 2015 a pesar del crecimiento del número de superficie, o por el contrario, con un exceso de producción como en el calabacín, un +50% superior a la media, provocando la caída del precio. Nuestra provincia fue, de hecho, una de las que más bajos registros de precipitaciones obtuvo de media, terminando el año con unas reservas hídricas en los embalses al 45,3% de su capacidad (en 2015 se situaban al 55,56%). La cosecha de la aceituna se pudo recuperar, finalmente, gracias a las abundantes lluvias del mes de noviembre, llegándose a las 124.000 toneladas, un 10% más que la anterior y 17% por encima de la media. La continua bajada de precios de señalados productos como los cereales (-25%), la leche de cabra (-5%), la leche de vaca (-16% en los dos últimos años), o la almendra (-40%) siguieron ahogando al sector agroganadero provincial siendo, junto con la sequía, dos de los principales motivos de preocupación de los agricultores y ganaderos. En la otra cara de la moneda se situaron los precios del aceite de oliva que superaron los 3 euros de media por kilo el virgen extra en 2016 con picos muy altos entre 3,55 y 4 euros/kilo, continuando la escalada a día de hoy.
Un año más tuvimos una accidentada campaña de la PAC debido al retraso de la Administración autonómica en facilitar a las entidades colaboradoras la aplicación informática requerida para tramitar las subvenciones, así como a la tardía publicación de la normativa y el arrastre de problemas de anteriores campañas (adjudicación de derechos, incidencias, etc.). La crisis del sector lácteo tras la supresión de la cuotas no fue a mejor, teniendo la UE que dar ayudas directas para la reducción de la producción de la leche de vaca. El veto ruso desestabilizó el mercado de algunos productos: frutas y hortalizas, carne o lácteos. Se encarecieron los seguros agrarios. Se siguieron produciendo abusos para agricultores y ganaderos como las ventas a pérdidas. No obstante, también se consiguieron logros como la incorporación de un importante número de jóvenes a la actividad agraria tras la convocatoria de ayudas a Primera Instalación y Modernización de Explotaciones; el endurecimiento del Código Penal que entró en vigor el 1 de julio de 2016 o la rebaja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones aplicado a los herederos de explotaciones agrarias y vivienda habitual.
En la lista de prioridades de presente y futuro inmediato se destacó la necesidad de adoptar medidas para paliar la sequía que azota el campo, con pérdidas generalizadas en la próxima cosecha de cereales de invierno del 15% al 30% (ya irreversibles los daños en la zona norte de la provincia), con sobrecostes en la alimentación del ganado extensivo por la ausencia de pastos y una inquietud cada vez mayor por la repercusión de la ausencia de lluvias en los cultivos permanentes como el olivar y los frutos secos para la próxima campaña. Se adoptó el compromiso de lograr la total eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en Andalucía dado que la rebaja obtenida solo favorece a una mínima parte de los agricultores y ganaderos y, por último, se trató sobre la necesidad de negociar una PAC de cara a 2020 que dé respuesta de una vez por todas a los desequilibrios de la cadena agroalimentaria y que se plantee un sistema de pagos no basado en los derechos históricos.