Son la imagen del verano. Los hay por todos lados y en todas las playas pero de forma intermitente. Aparecen y desaparecen de día para el otro, al ritmo que les marcan las mareas.
Los ves con su cazamariposas en mano rondando la orilla de la playa, pero no la usan para capturar lepidópteros sino para ir al acecho de los celentéreos, o lo que es lo mismo, las medusas que nos están impidiendo disfrutar de las playas como nos gusta.
El litoral español, especialmente la franja mediterránea está sufriendo la aparición intermitente de estos "bichitos" marinos urticantes que ya tienen su propia bandera, una de color blanca con una medusa pintada, que aparece y desaparece ondeando en las playas de nuestras costas junto a las verdes, rojas y amarillas que nos indican el estado de la mar y su peligrosidad, en función de que las corrientes las traigan a la orilla o se las lleven mar adentro.
Los fabricantes de las redes están haciendo el agosto, se hacen de oro vendiendo en todo tipo de comercios y establecimientos de souvenirs la, hasta el momento, única arma para encontrarlas, capturarlas y retirarlas de la zona de baño.
Y decimos hasta ahora, porque las autoridades ya parecen haber entendido que no se piensan ir y que hay que encontrar alguna fórmula para combatirlas y erradicarlas antes de que se carguen el mercado turístico de las costas españolas. Porque se han convertido en el principal motivo para alejar a los turistas de las playas.
ESTUDIO ENCARGADO POR LA MANCOMUNIDAD AL AULA DEL MAR DE LA UGR
Puestos manos a la obra, la Mancomunidad de la Costa Tropical se ha propuesto dar con las claves que las hacen venir y encontrar una solución para que se vayan. De hecho, en septiembre, su presidente Sergio García, se reunirá con la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, para solicitarle que, a través del Aula del Mar se cree un equipo multidisciplinar que estudie el fenómeno “y nos aporten las posibles medidas a tomar de cara a la próxima temporada, en las que se deberán implicar a todas las administraciones por la cuenta que nos trae”, afirmaba García.
Será una petición que se sumará a la Mancomunidad de la Costa del Sol, porque esta situación es una cuestión de suma importancia para todas las costas andaluzas, a las de levante, baleares y el resto de las del Mediterráneo, sus principales asentamientos.
Mientras tanto, los cazadores siguen al acecho de estas molestas visitantes marinas, vigilando redecilla en mano para capturarlas en el momento en el que se acercan a la zona de confort del bañista. Su papel es muy importante, ellos son los que consiguen acabar con ellas cuando aparecen, pero siguen allí, vagando por nuestras aguas a la espera de que un calentón del mar o el empuje de una corriente las traiga hacia la orilla para fastidiarnos esos ratitos de playa que nos regala el verano.
Y si no se van, recordemos que en los chiringuitos estamos a salvo. Tenemos 61 en todo el litoral de la Costa Tropical, así que no se lo piensen: Si las medusas están bañándose y amenazan con rozarnos, dejen actuar a los cazadores y refugiense en los chiringuitos, el mejor lugar para combatir “las calores” del verano disfrutando de todo lo mucho y bueno que nos ofrecen.