Con la luz del día aún presente, el Señor de la Humildad
en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Victoria volvieron a dejar una estampa única este Lunes Santo que deja constancia del potencial turístico y devocional con el que cuenta Motril.

La segunda Cofradía de la ciudad en hacer su Estación de Penitencia realizaba su salida pasadas las ocho de la tarde desde la motrileñísima calle Cañas, donde se encuentra su Casa de Hermandad, con un cortejo de más de cien nazarenos.

El día reunió a numerosas personas que se agolpaban a lo largo del recorrido. Uno de los momentos más especiales y emocionantes de este año tuvo lugar en la Plaza de la Libertad, gracias al cuerpo de bomberos de Motril,
Hermanos Honorífcos de la Cofradía, que trasladaron su camión y quisieron hacer entrega de una placa conmemorativa como muestra de agradecimiento y homenaje a la corporación del Lunes Santo.

Dentro de las novedades más destacadas, la Hermandad cambió el itinerario hacia su casa, ya que decidió adentrarse por las calles de su barrio agustino después de su paso por Carrera Oficial. María Santísima de la Victoria estrenó sus violeteras en metal plateado en la delantera del paso además de la saya cedida por la Hermandad del Huerto de Granada para esta ocasión. Por su parte, el Señor de la Humildad lució un nuevo mantolín en brocados de oro y color y también se pudo ver que el ángel Egudiel, que lo acompaña en el duro
momento de Getsemaní, estrenaba unos nuevos ropajes.

La Agrupación Musical de Arroquia Martínez de Jódar y la Banda de Música de Las Golondrinas de Vélez Málaga, conocidísimas corporaciones musicales, pusieron el broche de oro a una tarde noche de ensueño, que fnalizaba con el himno de la Victoria, interpretado por sus costaleros por
primera vez, que contenían la emoción ante el imponente paso de palio de la Virgen Agustina, instantes después de haberse recogido.