Mucho hemos escrito en este medio sobre el Gran Hotel Cortijo de Andalucía, un proyecto de 5 estrellas construido en Almuñécar, paralizado por una denuncia y muchos “errores” políticos que la justicia ha reconocido como tales, y que 15 años después esperan “una justa indemnización”, a juicio de su promotor, el empresario hotelero Trinitario Betoret y su familia.
Respaldado por Cámara Granada, Cámara Motril y la Confederación de Empresarios, el promotor granadino afincado en Almuñécar, ha celebrado junto a su familia y amigos empresarios un acto que se repite una década después, “para que no quede en el olvido que este gran hotel está paralizado a consecuencia de demasiados errores políticos”.
La denuncia de Izquierda Unida en 2007 desencadenó la penosa situación que atraviesa esta fantástica instalación hotelera. Después la Junta actuaría contra la licencia de obras y comenzaría así este largo peregrinar por juzgados, despachos, instituciones y administraciones, “con el único objetivo de que se reconozca el error y las consecuencias causadas, y que la administración responsable reconozca el fallo y nos permita retomar el hotel y acabarlo, con la indemnización correspondiente. Justa y negociable, pero que se corresponda con el perjuicio causado y con lo que costaría finalizar este proyecto, ponerlo en marcha y dar trabajo a más de medio centenar de familias de Almuñécar”, cuantía aún sin determinar pero que podría rondar los 8 o 10 millones de euros.
Con la ausencia de representantes municipales, invitados según palabras del empresario, "aunque debo reconocer que desde el ayuntamiento de Almuñécar siempre me han apoyado", medio centenar de personas recorrían de nuevo las instalaciones del complejo, comprobando que, aunque se han deteriorado y anticuado las instalaciones técnicas, “que hay que cambiar por completo para adaptarnos a la normativa actual”, el resto del hotel sigue mantenido y manteniendo su encanto idílico de siempre, con unos jardines repletos de flores, bambú, frutales y una espectacular araucaria dañada por un rayo y varias estancias repletas de muebles que nunca serán usados, esculturas de dioses y animales mitológicos y ventanales que miran a la vega y al mar.
Hoy, la familia Betoret ha vuelto a sentirse respaldada por los suyos, en el que es otro grito de auxilio a las autoridades responsables de la parálisis del Gran Hotel Cortijo de Andalucía, “porque queremos acabarlo, que se abra y que sea el lugar maravilloso que siempre soñamos”.
Entrevista TRINITARIO BETORET