Ángeles Béjar, acompañada en este encierro por su hermana, pide a Jenni Hermoso que “diga la verdad como hizo al principio”
Si pensábamos que en el caso de Luis Rubiales ya los habíamos visto todo o casi todo, nada más lejos de la realidad. Hoy nos hemos despertado con otra “bomba informativa” al saber que Ángeles Béjar, madre de Rubiales, se ha atrincherado en la iglesia de la Divina Pastora de Los Capuchinos de Motril, para iniciar una huelga de hambre y pedir justicia para su hijo.
Se ha encerrado con su hermana, tía de Luis, y todo apunta a que más miembros de la familia secundarán su decisión. Considera que su hijo no merece la “cacería” a la que está siendo sometido y que se debe hacer justicia a su favor para que no se le acuse de “abuso sexual”, o acusaciones muy graves que considera no merece.
Pero Ángeles Béjar va más allá porque pide a Jenni Hermoso que diga la verdad como hizo al principio y reconozca que fue un beso sin más fruto de la emoción del momento “que le puede pasar a cualquiera”. Considera que la sociedad “se está ensañando con él" y piensa que detrás de toda esta historia “hay algo más” porque su hijo "es incapaz de hacerle daño a nadie".
Sus primas hermanas, Vanesa y Demelza han comparecido ante los medios que se han congregado en la iglesia de Motril, defendiendo a su primo Luis "porque es un hombre bueno y amable" que "se ha equivocado en las formas", "que pidió perdón" y que no merece "la cruel cacería mediática y personal a la que lo están sometiendo".