La provincia de Granada ocupa una extensión de costa de ochenta kilómetros que son custodiados por tres imponentes faros gestionados por la Autoridad Portuaria de Motril. Se trata de los faros de Sacratif, inaugurado en 1863, de Castell de Ferro, de 1992, y de la Herradura, de 1993. El próximo 7 de agosto se celebrará el Día Mundial de los Faros, que nace con el objetivo de divulgar y conocer la importancia de la señalización marítima de estos gigantes guardianes.
Las torres vigías tenían un importante cometido, la defensa de su costa de piratas y corsarios. Hoy en día es todo lo contrario, se han convertido en la magnífica luz guía de los navegantes que llegan a tierra.
Entre los faros más importantes se encuentra el faro de Sacratif, que, además de ser el más antiguo, es el centro de las señales marítimas de la costa granadina. Éste fue inaugurado el mismo año que el faro de Carchuna, que debido a su cercanía al mar le pasó factura.
Ubicado en el denominado Cerro del Chucho, en Torrenueva Costa, se construyó en 1863 en los terrenos de una torre vigía del siglo XVI que cayó por efecto del terremoto de 1803. Cuenta con una potente óptica y linterna aeromarítima de gran alcance. Cimentado a 80,5 metros de altitud sobre el nivel del mar, su torre mide diecisiete metros de altura, con planta circular, alzada troncocónica suave, casi cilíndrica, y fue levantada con muros de mampostería de piedra caliza, unidos con mortero bastardo y verdugadas de ladrillo macizo sobre proyecto del ingeniero Constantino Germán.
Originariamente estaba distribuido en almacén, oficina y las viviendas de los torreros, que en turnos velaban por su correcto funcionamiento. Hoy en día sigue activo con su “sistema de apariencias”, un código de luz y oscuridad único en cada faro. El giro del foco de Sacratif dura diez segundos, que se dividen en 0,2 segundos de luz, 2,3 de oscuridad, 0,2 de luz y 7,3 de oscuridad, un código que se repite en cada vuelta.
Por otro lado, el faro de Castell de Ferro, situado en la denominada Atalaya de la Estancia, a doscientos veintiséis metros de altitud, fue declarado en 1985 Bien Inmueble de Interés Cultural. Se trata de una fortaleza del siglo XVIII de forma troncocónica con saeteras, que originariamente se destinaba a vigilancia costera para defensa y aviso a la población de los ataques de piratas y ocupadores que amenazaban la Costa Tropical.
Es una de las últimas construcciones que complementó al conjunto de defensas que en su día se levantaron diseminadas por toda la costa de Granada por la dinastía Nazarí, y que posteriormente aprovecharon los Reyes Católicos. El sistema defensivo se fue reforzando con nuevas atalayas a partir del siglo XVI hasta finales del XVIII.
Por último, el faro de la Herradura, ubicado sobre los acantilados de la Punta de la Mona, se encuentra a ciento veintiséis metros de altitud sobre el nivel del mar, en el término de Almuñécar - La Herradura, en el brazo de levante de la ensenada, sobre la atalaya Fortaleza del mismo nombre. El faro lo alberga una torre vigía del siglo XVIII, que es desde 1985 Bien Inmueble de Interés Cultural. Tiene forma troncocónica, realizada con muros mampuestos de piedra horadados con cuatro saeteras o aspilleras coincidentes con los puntos cardinales que le otorgan una visibilidad de 360 grados.
Pertenece al antiguo sistema defensivo de torres y atalayas que se diseminan por toda la costa mediterránea. Originariamente se destinaba a vigilancia de la zona que abarca desde el barranco de Cotobro, misión que compartía con la atalaya del Berenguel, hasta Cerro Gordo, en el extremo de poniente de la Ensenada de La Herradura, donde se encuentran las siguientes gemelas. Su función era la defensa y alerta a la población y a los puestos de mando de la llegada de naves enemigas, generalmente corsarios berberiscos e invasores bárbaros del norte de Europa. Fueron levantadas entre los siglos VIII y XVIII, teniendo su mayor esplendor en el siglo XVI, y han estado funcionando desde la época nazarí hasta entrado el siglo XIX.
La Autoridad Portuaria es la responsable del mantenimiento de estos faros a través de su equipo de fareros, que tienen como misión su perfecto funcionamiento. En este sentido, el presidente de la Autoridad Portuaria, José García Fuentes, anunció la inversión de diversas obras menores por valor de 1,3 millones de euros y que incluye mejoras en el faro de Sacratif.