Daniel Barbero afirma que el solar de la Estación Náutica se comprometió con el Instituto para poner en marcha un Grado de Actividades Subacuáticas
“Como concejal y como miembro de una familia que en 1985 cedió al Ayuntamiento un solar con vocación pública, me veo en la obligación de alzar la voz ante lo que considero una decisión profundamente equivocada”.
El concejal no adscrito del ayuntamiento de Almuñécar, Daniel Barbero, cuestiona que se renuncie al uso educativo del solar de La Herradura en primera línea de playa, en el que, en su día se instaló la Estación Náutica, para hacer viviendas públicas”.
“Como concejal y como miembro de una familia que en 1985 cedió al Ayuntamiento un solar con vocación pública, me veo en la obligación de alzar la voz ante lo que considero una decisión profundamente equivocada. Ese terreno, el mejor que posee el municipio, no solo representa una oportunidad para construir vivienda con fines sociales, que ojalá sea así, sino que había sido comprometido con el consejo escolar del Instituto de La Herradura para la implantación del grado de Actividades Subacuáticas. Un proyecto educativo pionero, vinculado al entorno y clave para afianzar la supervivencia del centro”.
Daniel Barbero considera que renunciar a ese uso “supone, de facto, abandonar una apuesta por la formación, por el futuro de nuestros jóvenes y por el desarrollo local. Y todo ello para, posiblemente, vender el solar a precio de saldo y acabar viendo allí apartamentos turísticos o viviendas de lujo, inaccesibles para la mayoría”.
En su denuncia, Barbero se pregunta: “¿dónde queda el compromiso con lo público? ¿por qué no se impulsa este proyecto desde Diputación, con garantías sociales y educativas? ¿por qué el ayuntamiento parece más interesado en vender que en construir comunidad?”.
Por último, Daniel Barbero afirma que, si se consuma esta operación, La Herradura perderá tres cosas a la vez: “el solar, la piscina pública que nunca llegó, y la oportunidad de fortalecer nuestro sistema educativo. Y lo que es peor: se traicionará la confianza de quienes, como mi familia, cedieron patrimonio privado con vocación de servicio público. El tiempo dará o quitará razones. Pero hoy, como concejal y como vecino, no puedo callar”, concluye.





















