
Las obras de restauración del Palacete de La Najarra, catalogado como Patrimonio Histórico de Almuñécar, estarán listas para antes del próximo verano.
El Ayuntamiento ha sacado a licitación la reparación estructural del edificio que albergará en breve a la Oficina y Patronato de Turismo.
Los concejales de Urbanismo y Turismo, José Manuel Fernández y Rafael Caballero, han informado de que el Ayuntamiento de Almuñécar va a sacar a licitación la reparación estructural y la impermeabilización de forjados, muros y tejado del Palacete de la Najarra, que actualmente alberga la sede del Patronato Municipal de Turismo de Almuñécar y la Oficina de información turística de Almuñécar.
Con un presupuesto de 129.591 euros y un plazo de ejecución de 3 meses, se podrán presentar empresas especializadas en rehabilitación de edificios y monumentos históricos y bienes de interés cultural, además de los requisitos exigidos para poder contratar con la administración pública, ha concretado el responsable del urbanismo sexitano, José Manuel Fernández.
En este sentido ha aclarado que “las obras exteriores que han consistido en la mejora y embellecimiento del jardín, adaptación de los baños a personas con movilidad reducida, sustitución y mejora del todo el servicio eléctrico y mejora reparación de la casa de juegos, están prácticamente terminados”, solo a falta de instalar el enrejado definitivo de los ventanales, que será similar al del propio Palacete y que servirá para que los visitantes puedan ver la belleza del jardín y las edificaciones desde calle, cuando el Palacete esté cerrado por razones de horario. “El que hay ahora mismo colocado es provisional por seguridad en la obra”, ha advertido en este caso el edil de Turismo, Rafael Caballero.
En la parte más técnica, el concejal de Urbanismo, José Manuel Fernández, ha indicado que tras el análisis exhaustivo realizado por los técnicos, “la actuación principal se centra en la reparación de las terrazas, para evitar que la entrada de agua de lluvia afecte a las maderas de la estructura”. Tras ello, se repararán los forjados de madera afectados por la humedad y finalmente se repararán los daños consecuencia de la propia obra, como reposición del falso techo decorativo, pintura y embellecimiento exterior y soldados de enrejados.
El criterio a seguir, según el edil sexitano de urbanismo es el de “emplear el mismo material retirado, es decir, se retirará el material existente con sumo cuidado y se acopiarán en la mayor proporción posible, para volver a colocarlo”. Fernández Medina ha aclarado que “las piezas irrecuperables serán sustituidas por otras de características similares que mantendrán la imagen del conjunto del edificio, solo identificables desde ojos expertos”.
El concejal de turismo del Ayuntamiento de Almuñécar, Rafael Caballero, ha informado de que “la sede del turismo sexitano tiene que lucir en todo su esplendor y ello requiere de esta actuación y el posterior mantenimiento para evitar su deterioro”.
Para el responsable de Turismo, esta actuación “es necesaria porque en muchos casos el Palacete de la Najarra, junto con el jardín y la Casa de Juegos, que están catalogados como Patrimonio Histórico, son la primera imagen se llevan miles de turistas que se acercan a la Oficina de Turismo buscando información sobre Almuñécar”.
Caballero ha destacado que “dar una buena impresión y que los visitantes se queden enamorados del conjunto monumental histórico del Palacete nos parece esencial para nuestra imagen de excelencia turística, que es lo que buscamos”.
Análisis histórico
El palacete fue construido a mediados del siglo XIX, obra del arquitecto José Rubio Osorio. En sus orígenes, la edificación se encontraba entre la playa de San Cristóbal y el Majuelo, con fachada principal a sur, mirando al Mar Mediterráneo. Junto a ella, en la misma manzana se encontraba una fábrica azucarera que no ha llegado a nuestros días. En el año 1937, durante la Guerra Civil, fue bombardeada por las fuerzas republicanas, de modo que la fachada principal sufre serios daños que posteriormente fueron reparados.
El jardín y la casa de juego se construyen más tarde que el palacete, en los albores de la década de los 40. El trazado del jardín se conserva perfectamente, siendo tanto los materiales y dibujo del pavimento, como fuentes y parterres, los mismas que existen actualmente. De igual manera ocurre con la casa de juego, que se ha conservado perfectamente.
En su construcción, el conjunto de palacete y jardín quedó situado entre los límites de la trama del casco antiguo de la ciudad y la playa, Sin embargo, como consecuencia de las significativas transformaciones urbanas que sufre la ciudad durante el siglo XX, el solar queda rodeado de construcciones residenciales que lo distancian de la playa.
El jardín ocupa el área norte de la parcela, estando la casa de juego en la parte más septentrional del mismo. La parcela se halla en la confluencia de la Calle Bikini y la Avenida de Europa, realizándose el acceso a la misma por esta última, de modo que se entra directamente al jardín que funciona como espacio previo de acceso al Palacete.
Originalmente fue un espacio de uso privado residencial hasta que pasa a ser propiedad del ayuntamiento y se convierte en sede del Patronato Municipal de Turismo y de la Oficina Municipal de Información Turística. La visita a la oficina por parte del turista, conlleva por tanto, la vista del jardín, convirtiéndose así en un espacio urbano.