Con motivo del 70 aniversario del fin de la guerrilla antifranquista en la Sierra de Lújar, el martes, 7 de junio, la Asociación 14 de Abril rinde un homenaje a las víctimas de la represión franquista con diversos actos en el cementerio y en el Centro de Arte José Hernández Quero de Motril.

A las 18 h se procederá en el cementerio motrileño a la colocación de una placa en memoria de cinco víctimas conocidas de la represión franquista, cuyas fosas han sido recientemente localizadas en su interior.
Se trata de Francisco Frías López, Serafín Lorenzo Cara y Pablo Martín Martín, víctimas de un tiroteo mantenido en la noche del 30 al 31 de julio de 1947 en el cortijo propiedad de este último, situado en el anejo motrileño de los Tablones.

Como consecuencia del tiroteo también murió el teniente de la Guardia Civil, Francisco Morales, por lo que, como represalia del régimen fueron detenidas en Motril y posteriormente asesinadas once personas, entre ellas la mujer de Pablo, Manuela Correa Moreno y su hijo menor de edad, Pablo Martín Correa, el maestro Manuel Rubiño Gonzalez y su esposa, Juana Correa, que estaba embarazada. Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio de Gualchos sin conocimiento de sus familiares, que finalmente pudieron colocar una lápida en el año 1977 y exhumar los cuerpos en 2012.

Los restos de otros dos guerrilleros localizados en sendas fosas del cementerio de Motril corresponden a José Cecilia Sánchez y Antonio Fajardo Ruiz, que fueron asesinados mientras recogían agua en la mina del Piojo de la Sierra de Lújar en la noche del 5 al 6 de junio de 1952. A consecuencia de estos hechos, los últimos 6 guerrilleros del 7º batallón comandados por el motrileño Manuel Pérez Rubiño, alias Pablo, emprendieron la marcha que les permitió alcanzar Francia en octubre sorteando la persecución de las fuerzas del régimen franquista.

Desde la Asociación 14 de Abril se reivindica con la organización de este homenaje la necesidad de no desistir en la tarea de recuperación de la memoria histórica y democrática en la Costa de Granada, como reconocimiento a las personas represaliadas por el franquismo y la necesidad de dignificación de las víctimas que, en su mayor parte, permanecen enterradas en el olvido y en muchos casos en la ignominia del relato del franquismo.

En el cementerio motrileño se encuentran los restos de un número indeterminado de víctimas de la represión franquista que no han podido ser documentadas, ni investigadas e identificadas y que comparten espacio con un monumento a la exaltación del franquismo en el patio central del cementerio sufragado con dinero público.

Los actos programados el martes, 7 de junio, se completan con la charla que se impartirá a las 19,30h en el Centro de Arte José Hernández Quero de Motril por Eusebio Rodríguez Padilla, doctor en Historia y autor del libro “El Ejército guerrillero de Andalucía”.

Para la Asociación 14 de Abril este homenaje resulta más que oportuno en estos momentos, teniendo en cuenta, por un lado, el aniversario del fin de la guerrilla antifranquista en la Sierra de Lújar ––si se toma como fecha de referencia el episodio del paso a Francia de los últimos guerrilleros en 1952–– y, por otro, la política de brazos caídos en la recuperación de la Memoria Democrática por parte del gobierno andaluz, que no cumple con la hoja de ruta fijada por la ley y que ha supuesto un retroceso que frustra el anhelo de muchos familiares de víctimas del franquismo,
La renuncia y la inacción de la Junta de Andalucía significa, de hecho, el abandono de una política pública de memoria por parte del gobierno andaluz que se traduce en un retroceso de todo lo relacionado con la exhumación e identificación de restos y que desprecia las expectativas de las familias de las víctimas y, además, el trabajo de las asociaciones memorialistas contra el olvido alejando la reparación y dignificación de las víctimas tan anhelada.

Desde la Asociación 14 de Abril se reivindica y exige el desarrollo de la Ley de Memoria democrática e histórica de Andalucía, que plantea el respaldo a la investigación y la difusión de la Memoria Democrática, para que nunca se olvide lo sucedido y para que no se repita; una adecuada legislación de archivos; la erradicación de símbolos que aún exaltan en las calles la dictadura de Franco; la eficaz gestión del banco de ADN para la identificación de los restos que sean exhumados; y la recuperación de los cadáveres de los hombres y mujeres que fueron asesinados por los golpistas y arrojados a fosas.