En julio de 2022, justo al final de la pandemia, comenzaban las obras de reforma del Restaurante Vizcaya en la playa de San Cristóbal. Hoy, algo más de un año después, ha abierto de nuevo sus puertas con un local nuevo a pesar de tener mas de 70 años de historia.

"Ha costado pero ya está hecho", nos dice Paco González al recibirnos emocionado y hasta nervioso. Las obras tuvieron unos momentos difíciles, lentos y burocráticamente complejos, pero ahora es un placer entrar en este veterano restaurante de playa de Almuñécar, con una imagen renovada y las entrañas modernizadas en función de lo que marca la normativa y de todas las mejoras que Paco y su familia ha querido hacer.

Ahora el Vizcaya es todo blanco, salpicado por las sillas y taburetes de colores azul turquesa y naranja como el mar y el sol. Esta gama cromática da una aire alegre y mediterráneo al espacio. Más de 500 metros cuadrados mirando al mar desde muy de cerca, con el inigualable marco de los Peñones del Santo como estandarte visual.

En la barra hay una modernísima cocina abierta y con vista al cliente, con 4 freidoras espectaculares, 2 hornos para pitzzas, planchas, frigoríficos, fogones… todo nuevecito y deslumbrante.

En las tripas del establecimiento Paco ha querido que todo sea cómodo y diáfano. Una habitación para el hielo, otra para lavar los platos, otra para limpiar el pescado y un fantástico espacio con tres naves frigoríficas a diferentes temperaturas ya sea para carnes, pescado o verduras.

No falta de nada. Todo está bien diseñado y controlado. Ahora sólo falta llenarlo, algo que no será difícil porque mientras grabamos este reportaje no para de llamar gente para hacer reservas. ¡Había ganas!

Hoy les ha visitado el alcalde, Juan José Ruiz Joya, acompañado por algunos de sus concejales. Han estado charlando y degustando espetos de sardinas, jureles, mejillones y migas. “Lo que haga falta para celebrar la apertura” dice Paco González.

Pues ya está. El Restaurante Vizcaya ha reabierto de nuevo con una familia al frente que lo regenta desde 1986. “Han pasado años pero no se han perdido las ganas”, nos dicen.

Por nuestra parte les deseamos mucha suerte, que por marisco, chuletones, paella y sardinas que no sea. Y si no, echen un vistazo a las vitrinas de su gran fachada principal, hay de todo, fresco y rico. Ahora toca disfrutarlo.