La violencia hacia las mujeres es una de las más degradantes violaciones de los Derechos Humanos. No respeta fronteras, edad, culturas o niveles económicos. Está presente en épocas de conflicto y en tiempos de paz, en el hogar, en el trabajo, y en la calle. Es una injusticia manifiesta que impide que la sociedad avance en el camino de la igualdad y el bienestar común que queremos para convivir.
La violencia contra las mujeres es estructural y hoy ha dejado su rastro en Madrid, cuando un hombre de 47 años ha asesinado a “su mujer” para luego suicidarse el, ha dejado a su hija de doce años la infame tarea de buscar auxilio, tras encontrar junto a su hermano los cadáveres.
Mientras permitamos situaciones de discriminación por razón de género, estaremos contribuyendo a que esto de hoy se reproduzca y a que estos viles asesinos, queden impunes, puesto que el violento que actuó hoy, no rendirá cuentas ante la justicia al haberse quitado la vida.
Damos la cara, os invita a una reflexión conjunta y responsable sobre el significado real de la violencia de machista, y la necesidad de compromiso real desde todos los ámbitos sociales.