Del lomo del animal colgaban las fotos de 5 de los candidatos nacionales.
Prácticamente todo el pueblo habla ya de la surrealista imagen del burro que se pasea por Motril portando la imagen de los candidatos. Los comentarios de los atónitos viandantes fueron variados e incluso muchos de ellos tan surrealistas como la propia escena.
Unos se quejaban de que el burro estaba infringiendo la Ley Electoral al solicitar el voto para sí mismo en el día de reflexión. Otros resaltaban el hecho de que todos los candidatos compartieran BURRO por primera vez en la historia de la democracia. Mientras, un grupo de tres ciudadanos apunta a que podría tratarse de un caso flagrante de maltrato animal. Entretanto los más pequeños, ajenos a la polémica animalista, hacían cola para montarse unos minutos en el pacifico cuadrúpedo. El abuelo, mientras que sujeta al nieto nos habla de los varazos que estos animales recibían cuando remontaban la Calle de las Cañas petados de caña y ennegrecidos de estar quemando de sol a sol las pavesas de las cañas. “Eso si era maltrato animal. Hoy en día los burros viven como reyes, ya no trabajan apenas porque ya no hay cañas que cortar ni pavesas con las que ponerse empercudidos” concluye el afable octogenario mientras baja a su nieto del burro. La cola de chiquillos y el número de curiosos va en aumento. Los dos representantes de la revista satírica acompañaron esta performance-protesta disfrazándose con la indumentaria típica de los CDR: Sudadera con capucha, gafas de bucear y un pañuelo tapándose la cara. La intención de los humoristas del Batracio era mandar un mensaje a los protagonistas de los últimos enfrentamientos callejeros en Barcelona: “no hace falta romper tantas cosas para protestar ni para reivindicar nada, ni hacer el burro de semejante manera”. La editorial motrileña animaba a los CDR a llenar Barcelona de burros durante la jornada de reflexión y el día de votación.