Puestas a disposición judicial cuatro personas por dos hurtos a ancianos por el método del 'abrazo cariñoso'
Los hechos ocurrieron en Dúrcal y Chauchina el pasado mes de octubre
La Guardia Civil, en el marco de la operación Fura, ha detenido a dos mujeres de veintisiete años de edad y a dos varones de veintinueve y treinta años de edad respectivamente, de nacionalidad rumana, como presuntos autores de al menos dos delitos de hurto por el método del 'abrazo cariñoso' a dos personas mayores de Dúrcal y Chauchina, y por un delito de pertenencia a banda criminal.
Las dos mujeres detenidas tienen numerosos antecedentes policiales por robos similares perpetrados en diferentes lugares de la geografía española.
La primera víctima fue una mujer de setenta y ocho años de edad que fue abordada el pasado 20 de octubre por una de las detenidas cuando paseaba por una calle de Chauchina, comenzó a abrazarla y cuando se marchó comprobó que le había robado una cadena de oro que llevaba al cuello.
La segunda víctima fue una mujer de ochenta y nueve años de edad de Dúrcal a la que la otra detenida abordó en la puerta de su casa después de bajar de un coche, comenzó a abrazarla y a decirle que se conocían desde hace tiempo, que estaba embarazada y que volvería otro día a visitarla para que le hiciera un regalo a su hijo. Cuando se marchó, la detenida le había sustraído a la anciana un anillo de oro.
Los investigadores de la Guardia Civil de Dúrcal asumieron la investigación de ambos hurtos, se entrevistaron con las víctimas y con testigos de los hechos, y tras realizar un reconocimiento fotográfico las víctimas reconocieron a las jóvenes ahora detenidas.
Una vez identificadas, la Guardia Civil intensificó la búsqueda de estas dos jóvenes y de sus acompañantes en los días sucesivos hasta que ha conseguido localizarlas en la localidad de Lecrín, cuando andaban buscando a una nueva víctima.
Esta modalidad delictiva está de moda desde hace varios años. La utilizan normalmente bandas criminales de países del este de Europa. Trabajan de forma itinerante y no permanecen mucho tiempo en un mismo lugar, lo que dificulta su identificación, localización y detención.
Escogen a sus víctimas entre las personas de avanzada edad a las que previamente han observado que exhiben joyas o relojes de valor. Se acercan a ellas, desvían su atención con cualquier excusa, como un embarazo, u ofrecen favores sexuales a los hombres, o preguntan por un familiar, etcétera, las abrazan y aprovechan ese momento para sustraerle el anillo, el collar o el reloj que llevan puestos. Inmediatamente después, y antes de que el anciano se dé cuenta de que ha sido víctima de un robo, la ladrona se marcha del lugar en un vehículo que la espera en un lugar próximo para huir con el botín.