Activado el programa de alojamiento de estudiantes con personas mayores de la UGR para este curso
La Universidad de Granada sigue, además, con su convenio de colaboración con la Junta de Andalucía para ofrecer residencia a jóvenes extutelados
La Universidad de Granada (UGR) activa, un curso más, dos de sus proyectos más emblemáticos relacionados con el alojamiento, la solidaridad y la cooperación entre instituciones. Se trata, por un lado, de los programas de alojamientos de estudiantes UGR con personas mayores y/o con discapacidad y por otro de plazas gratuitas en los colegios mayores y residencias granadinas para ex tutelados por la Junta de Andalucía.
La puesta en marcha de ambas iniciativas ha sido presentada en una convocatoria a los medios de comunicación este jueves, 12 de septiembre, en la que ha intervenido Juan Luis Benítez, vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria. Benítez ha recordado que contar con ambos programas supone “una enorme satisfacción porque nos permite ayudar a jóvenes que necesitan un lugar donde residir y a personas mayores que necesitan compañía, afecto y ayuda emocional”.
Para Matilde Ortiz Zarca, delegada territorial de Inclusión social, Juventud, Familias e Igualdad de Granada de la Junta de Andalucía, entidad colaboradora con la UGR en ambos programas, “la oportunidad de ayudar a jóvenes que nos necesitan es una alegría”. Ortiz Zarca ha recordado que son cinco los jóvenes extutelados que, cada año, se alojan en residencias universitarias de modo gratuito, para que completen su formación.
Por otro lado, Ana María Cruz Valdivieso, directora del Secretariado de Becas y Servicios a Estudiantes, ha intervenido para explicar el programa de alojamiento de estudiantes de la Universidad de Granada, con personas mayores y/o con discapacidad. Cruz Valdivieso ha recordado que se trata de un programa con un largo recorrido. “Nació en el curso 1991-92 y desde entonces ha permitido la convivencia de trescientas dieciséis parejas”. Su objetivo es servir “cauce para la canalización de la solidaridad, apertura de nuevos horizontes y como medio de aprendizaje y enriquecimiento, dentro de un ámbito de reciprocidad”. Desde su puesta en marcha, el proyecto ha funcionado anualmente –con seis convivencias, por ejemplo el curso pasado– hasta el periodo de pandemia.
Para este curso, según ha explicado Ana María Cruz, hay ya quince solicitudes de estudiantes y doce de personas mayores. En las próximas semanas se estudiarán las peticiones y se decidirán las parejas. No obstante, ha dicho que la inscripción se mantiene abierta y el estudiantado puede acceder a él través de la sede electrónica de la UGR. Las personas mayores deben hacerlo a través de la Delegación Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familia e Igualdad.
En la presentación ha estado presente, vía zoom desde Colombia, una de las usuarias más veteranas del programa. María Ángeles Mora comenzará en este curso su cuarto año en él. Comenzó como estudiante de grado y ahora lo hará en el máster. María Ángeles, de veintidós años, ha explicado que su experiencia con Rosa, de setenta y seis, es “una convivencia familiar. Rosa es mi familia española y ha estado en todos mis momentos importantes aquí en Granada, donde no tengo familia”, ha comentado. “Por supuesto, vino a mi graduación el curso pasado”, ha añadido. Para María Ángeles, ésta es “una experiencia muy positiva y totalmente recomendable que aporta mucho como persona y como estudiante”. “Es algo muy enriquecedor”, ha concluido.
Los objetivos generales de este programa son fomentar la solidaridad intergeneracional, favorecer el intercambio de conocimientos y experiencias entre ambos colectivos –jóvenes y mayores– y promover la participación de la Universidad de Granada en la sociedad, fomentando programas sociales que incidan favorablemente en la misma.
Los objetivos específicos son diferentes para cada generación. Para las personas mayores y/o con discapacidad son mitigar el aislamiento y la soledad, contribuir a su participación en la sociedad, mejorar su bienestar social y la calidad de vida, y favorecer la permanencia en su domicilio habitual, manteniendo las redes de apoyo natural de su entorno. Para el estudiantado de la UGR, el programa permite facilitar un alojamiento adecuado durante los diferentes cursos académicos, mitigar la precaria situación económica que puedan presentar y procurarles un ambiente positivo de convivencia que repercuta favorablemente en sus estudios.