Las fiestas de agosto 2023 ya han llegado a su fin en Almuñécar. El castillo piromusical puso el broche a una semana de diversión con muchísimos visitantes.
La prueba de ello estaba ayer en las miles de personas que abarrotaban las playas y las zonas alejadas desde donde se podían divisar los fuegos artificiales que tanta popularidad han dado a las fiestas de Almuñécar.
Durante muchas décadas la Pirotecnia Martín de Motril fue la encargada de deleitarnos con su espectáculo piromusical pero la jubilación de Esteban Martín ha propiciado el cambio de empresa y del formato.
La nueva empresa lo dio todo durante más de 20 minutos, pero nos quedó un poco de nostalgia echando de menos algo más de color y algo más de espectacularidad desde el castillo y los peñones y las figuras en el cielo a las que nos había acostumbrado Esteban en los últimos años.
A favor de la Pirotecnia Zaragozana, hay que destacar la premura para prepararlos, el desconocimiento de la zona ya que era su primer año en Almuñécar, y, aún así, hay que felicitarles y destacar que nos tuvo en tensión todo el tiempo con sucesivas explosiones desde la tierra y el mar, que el laser puso un toque original a los temas musicales elegidos y que disfrutamos mucho mirando al cielo. Seguro que el año que viene será mucho mejor.
El otro punto de encuentro del día grande para los sexitanos estaba en la Parroquia. A las 8 salió la patrona a las calles de Almuñécar. Una tarde extremadamente calurosa y húmeda, que no impidió que el paso de Nuestra Señora la Virgen de la Antigua estuviera acompañado por miles de vecinos y visitantes hasta llegar a la playa de San Cristóbal donde fue embarcada.
Como novedad, este año la agrupación de Moros y Cristianos de Molvízar rindió homenaje a la virgen sexitana, haciendo una ofrenda poética floral. A continuación, el grupo de Fandango Cortijero le ofreció sus cantes y bailes tradicionales para deleite de los asistentes.
Y si la playa estuvo toda la tarde y noche abarrotada, el mar se vio más repleto de embarcaciones que nunca. Fueron muchos los que quisieron ver la procesión marítima acompañando a la virgen por el mar y disfrutar desde allí de los fuegos artificiales con una perspectiva diferente.
En resumen, el 15 de agosto no defraudó. Hizo las delicias de vecinos y visitantes y logró el lleno y la alegría en restaurantes, terrazas y chiringuitos a las que ya nos tiene acostumbrados en el día grande de Almuñécar.