El cambio de consciencia climática nos llama
Opinión/Jesús Antonio Fernández Olmedo
Lo que hemos visto estos días en cuanto a las catástrofes naturales no son más que indicadores reales de que el cambio climático lleva viniendo desde hace tiempo y no parece el género homo de querer ser consciente de ello.
Hay que adaptarse a este nuevo clima que cambiará día a día y ya no volverá a ser el mismo en ningún lugar del planeta. Cada lugar con sus características propias fenomenológicas pero la cosa es cambiante.
El que no cambia y se transforma , se extingue y eso lo podemos aprender del mundo natural y animal.
Estos son sólo pequeñas señales de alerta , desde el famoso huracán Katrina, que asoló Nueva Orleans y fue uno de los más mortíferos.
Debemos preparar tanto nuestras mentes como la urbanización y
disposición de nuestro entorno civil.
Los ríos deben de discurrir por sus cauces y no cambiarlos,
los pueblos y ciudades deben de estar preparados para este
tipo de inundaciones o quizás peores , que puedan ocurrir.
Se tienen que repoblar bosques y las ciudades tienen que
llenarse de árboles tanto como sea posible dado los episodios
de calor extremo que llegan después.
Una política consciente obligaría a desocupar las zonas inundables, sin demora.
Tenemos que salir de la dictadura del gran capital que ha ido creando urbanizaciones sin límite y sin planificación.
Y por último tenemos que cambiar rápido nuestro estilo de
vida basado en el dinero como valor central, el consumismo
que nos traerá una "supuesta felicidad" que por cierto , nunca llega. El individualismo es la tónica que vivimos en el día a día y esto genera una atmósfera cotidiano de malestar
e indefensión.
Al alejarnos del consumismo también protegemos nuestra
vida y el entorno que nos rodea.
Debemos de mirar al otro como un igual a uno y no solamente
ir corriendo a socorrerlo cuando se haya caído sino en nuestras cotidianas vidas , vivir en solidaridad permanente y en empatía.
Lo difícil es realmente lo que nos ayuda a avanzar, lo fácil
es lo que nos lleva al desastre.
Este es el cambio de conciencia que nos está llamando desde
hace algún tiempo.